sábado, 20 de diciembre de 2008

Aprendiendo a abrir puertas y a estarse "quieto"


Primavera, verano, otoño, invierno...y primavera. Kim Ki-Duk


No apta, o quizá especialmente indicada, para el que no disfrute mirando el horizonte, dejándose invadir por el sonido del aire y del agua y por el silencio de la tranquilidad y la inmensidad del paisaje; todo ello sin ensordecerse por el ruido intracraneal que no pensar en nada y en todo al mismo tiempo produce.



No apta, o quizá especialmente indicada, para el que se sorprenda viendo que hay puertas donde no esperaríamos que las hubiera, y que si están ahí es para abrirlas, atravesarlas y volverlas a cerrar, o no, en lugar de bordearlas por muy fácil, sencillo y obvio que parezca... que no haya necesidad de abrirlas para seguir avanzando no quiere decir que estén donde están sin motivo alguno... Si no aprendemos a usarlas probablemente nos las sigamos encontrando en el camino, y quizá un día nos encontremos con una que no se pueda bordear y no haya forma de avanzar sin abrirla... espero que ese día la puerta no sea tan pesada ni yo esté tan cansada como para no poder hacerlo ;)


No apta, o quizá especialmente indicada, para el que piense que el tiempo es lineal... todo es ciclíco, parece que la primavera siempre vuelve, y no inventamos nada.. sólo (y menos mal) reinventamos. Y qué afortunado el apoyo del que reinventó antes que nosotros, para abrirnos los ojos a las consecuencias de nuestras reinvenciones, que no somos capaces de ver en el momento de reinventar =) Y qué afortunado el ejemplo del que reinventa ahora, para terminar de ver lo que no supimos ver en el momento de reinventar nosotros.


A partir del otoño me pierdo un poco, me entran ganas de levantarme del sofá y pensar en otras cosas (mi propio ruido interno que no sé gestionar) ... y el invierno siento que me queda lejos... y luego todo vuelve a empezar de nuevo, pero todo es diferente.. familiar pero distinto...


El perro, el gallo, el gato... la serpiente como he dicho me queda lejos.. vamos entendiendo según vamos viviendo, supongo. Quizá por eso quiera un gato =D


Y es que el que no puede estarse quieto... en gran parte es porque no puede o sabe gestionar su propio ruido interno.. y lo "disfrazamos" sin saberlo de actividad. Y un salto a la medicina: ejemplo de ello, extremo y que dentro de la Pediatría es una de las patologías que más dudas me genera, aunque ya menos que antes, ... el TDAH (trastorno de déficit de atención e hiperactividad), "curioso" que se trate con derivados anfetamínicos... en palabras de un niño ya en tratamiento, consciente de que está mejor: ¿por qué estás mejor, qué sientes? "Tranquilidad", de su propio ruido interno entiendo yo. Suena contradictorio pero parece que tiene sentido, no?
Los niños no dejarán de sorprenderme con la sensatez de sus respuestas y de sus comentarios, qué alegría!! y cuánto podemos aprender de ellos!! Lo dejo para otro día y otra entrada de Lecciones de niños, que he aprendido muchas en unos meses ;)

1 comentario:

Anónimo dijo...

me gusta... si mis neuronas dieran para más en este momento me expresaría con más soltura, pero esto es lo que hay!

comprobaré cómo ando de ruido interior en cuanto pueda!

besus!