sábado, 6 de septiembre de 2008

Me revuelve

Apoyó los codos en la mesa y la mejilla en un brazo con languidez. Se permitió cerrar los ojos y evocó los días en que había visto llegar a casa a Manuela de especial buen humor y entonces había desconfiado. Así era la vida de la clase media, ese chico, Goyo, debería saberlo: nada en exceso, pero menos que nada el entusiasmo del cónyuge, su entusiasmo nos disuelve, se dijo, y acercándose a la pérdida de la conciencia reconoció que las secuelas de la visita del ecuatoriano al principio le habían parecido satisfactorias.

La inquietud y la melancolía de Manuela eran
más llevaderas que su entusiasmo.


Fragmento del libro El padre de Blancanieves de Belén Gopegui

1 comentario:

Anónimo dijo...

pulsatilla bonita, ¿te estás leyendo este librito? hace tiempo que tengo ganas de leerlo, ¿me lo dejarás? ¿te está gustando? este parrafito se ve lindo, aunque esta melancólica que escribe no sabe si realmente la melancolía es tan llevadera... ay