lunes, 2 de febrero de 2009

No estoy orgullosa de tí porque no me perteneces

Hoy arrastro unos metrillos de ego bastantante incómodos. Me sobran las cifras, también. Pero sobre todo me sobra este ego impertinente, que se asoma desde lo alto. Exclamo sanguinaria que hay que matarlo, pero la voz al otro lado del teléfono me serena: tiene su función. Y me convence. Mecanismos cada vez más familiares.
Reajuste. Independencia. Espectáculo y compra-venta. Al mejor postor. Buena, bonita y barata (accesible).

En el fondo me hace gracia (¿o era en la superficie?).

Decido dedicarle un guiño. Gracias a mis bombachos rojos de pana, perfectos para meditar en un lugar frío y montañoso, por ejemplo.
Y a una ensaimada pareja de una palmera. Y a una compañía cómplice, que tiene la mirada cada vez más limpia.

Reconozco que ha surgido la magia en un día incomprensible.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

What I think is that, more than kill it, we should let it go... any time.

Always yours pretty bear!

Cris dijo...

Desde mi más profunda necesidad de posesión: estoy orgullisíma de tí!!!
El Ego no es malo, sólo caprichoso,posesivo y ambicioso... y como tal hay que escucharlo, comprenderlo, cuidarlo y educarlo.. hacerle cariños pa que no sufra sin mimarlo demasiado pa que él también aprenda a comprender que sufre sólo por su propia cabezonería ;)si se intenta castigarle o borrarle del mapa, resurge con más fuerza.. y, sobretodo, con una meta menos acertada, de "tinte" ;) vengativo, autodestructivo. Si no se cumplen sus espectativas, se enfada, se frustra... es como un niño... somos como niños, siempre aprendiendo, siempre siempre... entre una infinidad de cosas, aprendiendo a querer: mejor empezar por ese propio cardito espinoso interno de uno mismo que parece que llamamos Ego.
Y será magia o complicidad... será lo que sea: es precioso.

Cris dijo...

Perdón, no somos como niños.. somos niños.