Me gusta ese lugar donde el tiempo se para y la vida se abre paso a latidazos.
De nuevo, Víctor Erice.
domingo, 30 de noviembre de 2008
Alumbramiento
jueves, 27 de noviembre de 2008
Egon detrás del espejo

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La carne está sobrevalorada. Puede que la vida también. Y yo soy una yonki de la belleza (una temerosa de lo deforme).
¿Estamos dispuestos a buscar nuestra verdad? ¿y si tropezamos con un autorretrato inesperado, incluso monstruoso?
¿cuánto de dispuestos estamos a tolerarlo en el de enfrente (ese otro espejo)?
No vamos a estar más limpios, ni más cerca, por empeñarnos. Acontecemos, simplemente.
viernes, 21 de noviembre de 2008
Defender la alegría
Defender la alegría como una trinchera
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegía como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Mario Benedetti
defenderla del escándalo y la rutina
de la miseria y los miserables
de las ausencias transitorias
y las definitivas
defender la alegría como un principio
defenderla del pasmo y las pesadillas
de los neutrales y de los neutrones
de las dulces infamias
y los graves diagnósticos
defender la alegría como una bandera
defenderla del rayo y la melancolía
de los ingenuos y de los canallas
de la retórica y los paros cardiacos
de las endemias y las academias
defender la alegía como un destino
defenderla del fuego y de los bomberos
de los suicidas y los homicidas
de las vacaciones y del agobio
de la obligación de estar alegres
defender la alegría como una certeza
defenderla del óxido y de la roña
de la famosa pátina del tiempo
del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa
defender la alegría como un derecho
defenderla de dios y del invierno
de las mayúsculas y de la muerte
de los apellidos y las lástimas
del azar
y también de la alegría.
Mario Benedetti
domingo, 16 de noviembre de 2008
martes, 11 de noviembre de 2008
Diagnóstico diferencial
"Cuando Florentino Ariza la vio por primera vez, su madre lo había descubierto desde antes de que él se lo contara, porque perdió el habla y el apetito y se pasaba las noches en claro dando vueltas en la cama. Pero cuando empezó a esperar la respuesta a su primera carta, la ansiedad se le complicó con cagantinas y vómitos verdes, perdió el sentido de la orientación y sufría desmayos repentinos, y su madre se aterrorizó porque su estado no se parecía a los desórdenes del amor sino a los estragos del cólera. El padrino de Florentino Ariza, un anciano homeópata que había sido el confidente de Tránsito Ariza desde sus tiempos de amante escondida, se alarmó también a primera vista con el estado del enfermo, porque tenía el pulso tenue, la respiración arenosa y los sudores pálidos de los moribundos. Pero el examen le reveló que no tenía fiebre, ni dolor en ninguna parte, y lo único concreto que sentía era una necesidad urgente de morir. Le bastó con un interrogatorio insidioso, primero a él y luego a la madre, para comprobar una vez más que los síntomas del amor son los mismos que los del cólera. Prescribió infusiones de flores de tilo para entretener los nervios y sugirió un cambio de aires para buscar el consuelo en la distancia, pero lo que anhelaba Florentino Ariza era todo lo contrario: gozar de su martirio."
Esto lo escribe Gabriel García Márquez en El amor en los tiempos del cólera.
Como éste, cuántos otros males del cuerpo son reflejo de males del corazón o del alma, puede que todos o casi todos... Me emociona la tarea del médico de desenredar la maraña que le presenta el paciente, convencido de su historia, o no, pero seguro que contando todo menos la verdad de su sufrimiento. Lo pondrá en forma de dolores, espasmos, insomnio, sudores... también en emociones y pensamientos, obsesivos a veces. Algo que aprendí hace no mucho y que creo que no se me olvidará, es que lo que hay que escuchar es lo que no dice el paciente. Así de fácil.
Espero que nadie saque de esto la conclusión de que el Vibrio Cholerae no existe.
Esto lo escribe Gabriel García Márquez en El amor en los tiempos del cólera.
Como éste, cuántos otros males del cuerpo son reflejo de males del corazón o del alma, puede que todos o casi todos... Me emociona la tarea del médico de desenredar la maraña que le presenta el paciente, convencido de su historia, o no, pero seguro que contando todo menos la verdad de su sufrimiento. Lo pondrá en forma de dolores, espasmos, insomnio, sudores... también en emociones y pensamientos, obsesivos a veces. Algo que aprendí hace no mucho y que creo que no se me olvidará, es que lo que hay que escuchar es lo que no dice el paciente. Así de fácil.
Espero que nadie saque de esto la conclusión de que el Vibrio Cholerae no existe.
domingo, 9 de noviembre de 2008
Camino

Imagen: Camino lleno de curvas
Y ya no es cuestión de vida o muerte, es cuestión del día a día. Y no es cuestión de crítica o no crítica, es cuestión del mensaje que a cada uno le llegue… y hay películas que dicen nada o poco, pero esta grita mucho, y en muchos lenguajes, en muchos registros, dejándolo al alcance de todo el que quiera/pueda escuchar.
En mi humilde opinión, el toque de terror sobrenatural de ciertos momentos está un poco de más, pero quizá sea uno de los mensajes que aún no he procesado. Bombardeo de vivencias, salí del cine bloqueada, y tardé tiempo en poder articular alguna palabra diferente de “castración”… emocional supongo.
Y es curioso que el personaje que más felicidad me inspira sea el que parece que más sufre… admite su inconsciencia y escucha, y oye…es el único que parece oír… tal vez no sea “feliz” pero es capaz de al menos intentar atreverse a serlo. Y los momentos de terror me sobran porque bastante terror me produce ya darme cuenta de lo difícil que es dejarse a uno mismo escuchar, llegar a oír… sin nuestro propio ruido, sin el ruido de los que nos rodean y que, francamente creo yo que sin ninguna mala intención, pretenden (pretendemos, como yo ahora mismo….) decirnos cómo son las cosas
Interpretamos, sin ser conscientes… pero no hay verdad, más que la que uno pueda/quiera ver, más que aquella que uno decida consciente o inconscientemente que no se trata de una interpretación… no es que se equivoque, pero sólo ve una parte. Y no está bien ni está mal, simplemente está. Nos empeñamos en hacer “el bien”, tal vez si nos empeñáramos menos saldrían mejor las cosas.
En resumen: he tardado en disipar la tensión y asimilar lo que vi y lo que me produjo, de hecho aún sigo en ello jeje, pero me ha encantado. Recomiendo verla y que cada uno interprete, al fin y al cabo eso es lo que hacemos con todo ;)
Cris (burbuja)
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