viernes, 17 de octubre de 2008

Ella es mi postre de ciruelas



Ella es mi escarabajo sagrado
Ella es mi cripta de amatista
Ella es mi ciudadela lacustre
Ella es mi palomar de silencio
Ella es mi tapia de jazmines
Ella es mi langosta de oro
Ella es mi kiosko de música
Ella es mi lecho de malaquita
Ella es mi medusa dorada
Ella es mi caracol de seda
Ella es mi cuarto de ranúnculos
Ella es mi topacio amarillo
Ella es mi Anadiómena marina
Ella es mi Ageronia atlantis
Ella es mi puerta de oricalco
Ella es mi palanquín de hojas
Ella es mi postre de ciruelas
Ella es mi pentagrama de sangre
Ella es mi oráculo de besos
Ella es mi estrella boreal.




Palabras así de resonantes le dedica Carlos Edmundo de Ory a su esposa... poeta que he descubierto gracias al reinohueco de la pequeña delirio (merci).



La ilustración es de Adriana Mufarrege: Luna (acrílico sobre lienzo).

1 comentario:

Elisa McCausland dijo...

de nada, tú también inspiras cosas bellas...